Tener una enfermedad es una oportunidad para repensar y redescubrir muchas cosas que están ahí delante, pero que la venda de las prisas y el stress cotidiano no nos permiten ver con suficiente claridad. Tener una enfermedad grave facilita sentir que no soy un enfermo. Tener problemas no es ser problema. Tener un tiempo medido en años del calendario no es ser ese tiempo cuantitativo y limitado. Tener pareja o familia no es ser una pareja o una familia. Tener vínculos o amistades y relaciones no es ser esas relaciones o vínculos. Tener dinero no es ser dinero. Tener un cuerpo no es ser ese cuerpo, que es el que puede tener enfermedades. Tener una mente no es ser esa mente, que es el origen de que algunas emociones que no hemos sabido tener puedan llegar a ser enfermedades que nos hagan perder todo lo que tenemos.
Ante el hecho real de encontrarnos una enfermedad, que muchas veces no esperamos, sabemos que hay múltiples reacciones defensivas y respuestas proactivas. Podemos tirar la toalla y abandonar la lucha por la vida que creemos que ya no controlamos. Podemos observar y escuchar los resultados de las pruebas y análisis que nos van dando los profesionales, para valorar en cada momento la importancia de lo que sucede en nuestro cuerpo y de todo lo que sucede en cualquier parte del mismo. Podemos confrontar los problemas reales de cada momento sin distorsionarlos, exagerándolos o minimizándolos.
Una respuesta proactiva útil es la de ver los recursos que tenemos, entre los que siempre está el no ser un paciente pasivo que deja toda la responsabilidad a los médicos y ser un agente de cambio activo que tiene su propia valoración de los problemas y de sus posibles soluciones. Este cambio en la mirada con la que vemos nuestras limitaciones físicas permite salir de posibles conformismos, quejas inútiles, arrojar balones fuera culpando a otros de lo que nos pasa, maltratarnos por cosas que hicimos en el pasado, impotencias, amores irreales, alegrías falsas, frustraciones, desesperaciones y hasta violencias y daños a uno mismo.
Y en medio de tantas luces y sombras, oportunidades y amenazas, es frecuente que exista un momento clave, que he compartido con varias personas que también pasaban por procesos parecidos al que he vivido. Me refiero al momento de máximo dolor y máxima tristeza por todas las pérdidas y limitaciones que supone la enfermedad; para algunos son momentos en que parece que nuestra inteligencia adquiere su máximo nivel, en el que las mejores ideas, emociones y acciones se integran en una mirada omniconsciente donde experienciamos la sabiduría de conectar con lo esencial, el Self o Ser que somos, para dejar de confundirnos con la mente con la que aprendemos a identificarnos por nuestra educastración. No es un cambio más, sino que se experiencia como un salto transformador donde todo se ve en su orden natural y espontáneo, al servicio de la salud y el máximo bienestar de los seres humanos, que es casi totalmente opuesto a lo que hasta ahora nos ha servido como guía o marco de referencia, que suele ser causa del proceso de enfermación y de sufrimientos aprendidos.
Después de esta experiencia de profunda claridad mental, nuestra escala de valores suele sufrir cambios radicales y todos los valores apuntan a un estilo de vida donde lo natural es fluir en un estado permanente de sobrevivir con límites y de vivir-súper o bien-estar sin límites, disfrutando de sentirnos creadores originales en lo que hacemos, amorosos o solidarios que incluyen en sus necesidades el que los otros también satisfagan las suyas, y alegres y felices a pesar de sentirnos mal ante hechos que nuestra naturaleza incluye como medios y oportunidades para desarrollar nuestro potencial.
Juan Antonio Saavedra Quesada
MIENTRAS TE LEIA TENIA GANAS DE DARTE UN ABRAZO.
ESTE ABRAZO TE LO DOY CON LETRAS QUE CONSTRUYEN PALABRAS, NUEVAS PARA MI,
QUE EXPRESAN LO QUE NO SABIA QUE SABIA,
PERO LO INTUIA.
ME ALEGRA SABER QUE ME PASE LO QUE ME PASE, SEA LO QUE SEA,
ME ALEGRA SABER QUE LE PASE LO QUE LE PASE A LOS DEMAS, SEA LO QUE SEA,
SIEMPRE PODEMOS CRECER.
Nuestra amistad me anima a sentirme cada vez más creador sin que me condicionen las comparaciones o dependencias externas. Gracias y un abrazo que nos ayude a seguir creciendo
Muchas gracias por esta visión que aportas. A veces sentimos que ese cambio sufrido por nosotros en nuestra forma de ver la vida es una locura y nadie más puede entenderlo. Me alegro de estar equivocada.
Ante la confusión y el momento histórico que vivimos, a veces parece que la mejor forma de entendernos es coincidir en acuerdos por los que muchos nos acusan de «locos» para empezar a vivir a favor de los Seres Humanos y una convivencia respetuosa con las diferencias. Gracias
Mi humilde gratitud por sus palabras que me reconfortan y ayudan a seguir creciendo en esta extraña vida.
Gracias a la vida que nos permite dar sentido y significado hasta a las experiencias que nos producen dolor físico o sufrimiento.
Gracias por compartir toda esa sabiduria.
Cuando los conocimientos están a favor del ser humano y no de la mente dependiente, todos nos sentimos más sabios y felices.
Que bueno es cuando nos pasan cosas que no esperamos,y como nos sorprendemos cuando de repente todo te empieza a cambiar de una forma que no entiendes nada.Que bueno es aceptar y no entender lo que me pasa y más cuando la vida me está dando oportunidad de ver desde otro punto de mira la vida.Cuando descubro que lo que me está pasando es bueno para mi también va a ser bueno para los demás y para hacer cambios importantes en mi vida a favor de mi SER ¡ QUE MARAVILLOSO!
Me gusta ver la vida como una sorpresa, como doblar una esquina redonda, para que sea mi mente la que se abra a novedades que no conoce. Repetir por repetir y para aprobaciones externas aburre a los estudiantes, pero también a todos los que queremos vivir bien y sin dependencias. Gracias
Hola Juan, gracias por este escrito que nos ayuda a ver mejor que no somos la mente y el cuerpo, que el tiempo es eternidad. Que sólo somos vida y que poseemos o tenemos una mente y un cuerpo. Un abrazo
Gracias Carmelo. No es fácil actualizar las ideas y conceptos que siguen influyendo en nuestra cultura colectiva y en nuestras mentes individuales. Sabemos que los egipcios fueron los que empezaron a usar calendarios y a hablar de estaciones, meses o días según los mitos que ellos asociaban a los números. Es triste ver que aún hoy seguimos pensando el tiempo con mitos y nuevos engaños, transmitidos por la educación, que son fuente de sufrimiento y problemas de salud física y mental, como el stress o la ansiedad. Un abrazo
Gracias Juan por saber decir lo que yo no he sabido expresar y que comparto contigo gracias por tu saber y sobretodo gracias a tu ser
Cuanta sabiduría, cuanto amor, cuanta solidaridad, cuanta verdad encuentro siempre en tus palabras y en tus obras. Gracias por compartir. Gracias por esa fuente de energía y de vida que desprendes. Gracias por estar.
Esta visión que nos trasmites de una experiencia que desde fuera se vive con una gran dosis de miedo, casi terror, es realmente tranquilizadora. Te agradezco por compartir y a la vez te felicito por tener la capacidad de sentir las cosas buenas. Es sin duda la base del bienestar.